ISAAC DESCUIDÓ EL POZO
Gênesis 26
Es cierto que heredamos en Cristo las riquezas que el Padre ha deseado para nosotros, pero también es cierto que debemos cuidar lo que Dios nos ha dado, es por eso que en la Palabra de Dios aparece con tanta insistencia: velar, vigilar, estar atentos, cuidar, guardar el corazón.
Cuando miramos a aquellos hombres que han dejado una huella en la historia como ejemplo para nosotros de la obediencia a la fe, vemos que Hebreos 11 dice que ve a Abraham como el padre de la fe, el hombre que le creyó a Dios, un hombre que no dudó de lo que Dios les estaba diciendo y pidiendo, en esos días a donde iba confiaba que Dios le estaba guiando.
Es así que en su trayectoria, en cada uno de los asentamientos que marcaron su historia como en nuestra propia vida cristiana a través de la actividad del Espíritu de Dios que ubica apropiadamente cada cosa en su tiempo, aparece un hecho que nos llama la atención y es que en un lugar determinado y muy importante del lugar del territorio que habitaba Abraham, él abre un pozo de agua, de aguas vivas que representan en el sentido bíblico al Espíritu Santo.
No era fácil tener un pozo de aguas en un lugar así, el que lo tenía, tenía gran parte del control del territorio, dado que tenía para el suministro del ganado y para su propia familia. Así que Abraham, el padre de la fe, abre un pozo y lo deja para su posteridad deseando que no solamente beban sus camellos, bueyes, ovejas, vacas, su familia, sus criados, sino también que fueran dadivosos con algunos que se acercaban sedientos, porque en el territorio donde ellos habitaban estaban sus enemigos, los que no los veían bien.
Siempre habrá algo o alguien a quien no le agrada el estilo de vida cristiano que nosotros estamos llevando, y no era poco sabido la envidia que tenían los filisteos de aquel tiempo, porque Dios bendecía a Abraham, porque pudo abrir el pozo. Ese pozo representa una obra como la que el Padre mismo ha abierto en el corazón nuestro, un lugar árido como nuestra propia vida con un pozo de aguas vivas para que toda la familia beba y aún nuestras necesidades sean satisfechas.
Es lo que dijo Jesús en la fiesta de los tabernáculos: que el que creyere en Dios, el que pusiere su fe en Dios en su corazón tendrá aguas vivas. No aguas naturales, sino que Cristo se refería a aguas espirituales. Esto decía del Espíritu Santo que iba a venir, según Juan 7:37-39
Y siendo Abraham nuestro ejemplo, vemos que mostraba a aquella generación que mientras él vivía y ese pozo estaba limpio y dispuesto suministraba lo que todos necesitaban. Sin embargo, la historia nos dice en el capítulo 26 de Génesis que una vez muerto Abraham, su hijo Isaac, no cuidó lo que su padre un día había abierto. No cuidó el pozo de suministro de agua, hoy nosotros podemos decir que hay que cuidar el corazón que es una fuente que fluye vida de Dios. Y más cuando la envidia y la asechanza del enemigo están tan cerca y a eso se le combina el descuido, el dormir cuando hay que vigilar, porque en apariencia todo estaba bien. Dice la historia, que cuidar un pozo no era poca cosa, por causa de los enemigos vivían en vigilias constantes, cada seis horas se turnaban un guardia o dos o tres, para que nadie tapara el pozo. El problema no era quién quería tomar agua, el problema era quién quería tapar el pozo.
Quiero decirte que la mayor asechanza, el mayor conflicto que encontramos en nuestro cotidiano andar, no es el darle de beber a aquel que a veces se lo merece o no, sino de cuidar que el enemigo no tire basura en nuestra mente, en nuestros pensamientos, en nuestras ideas, en nuestra manera de comportarnos, que no tire basura en las decisiones, en nuestra manera de encarar y solucionar los problemas. Que no tire y trastorne las actitudes del corazón, porque eso, tarde o temprano tapará el pozo y cuando te quieras acordar no fluirá agua, habrá olor a basural.
La historia dice que ese pozo fue descuidado, tal vez por exceso de confianza dejaron de vigilar y los guardias durmieron en vez de velar, traslademos esto a la mente, a la voluntad, a la didáctica, a las emociones, a las conversaciones dentro del hogar, cuando se descuida esto, puede aparecer la cloaca en cualquier lado e intentará tapar la pureza de tu vida, para que el Espíritu Santo no tenga desde adentro el control y la oportunidad de que tú transmitas la honradez y la transparencia del carácter de Dios desde su trono.
Nunca olvidaré lo que pasó en mi casa cuando era un muchacho de ocho años, mi padre hizo el pozo de agua y también el pozo negro, pero no guardó debidamente las distancias que se debían guardar según las normas indican, y al poco tiempo, no más de seis años las napas se contaminaron y todo se pudrió, demasiado cerca, no había suficiente distancia, no se tomó precaución antes de y oramos después de.
El Espíritu Santo está diciendo, velad, vigilad, que nadie tome lo que es tuyo, que nadie te inyecte basura en la mente, que nadie te encienda en cosas que te distraigan, que te distorsionan, que te dan un espíritu de contención, que nadie te predisponga mal contra nadie, para que el Espíritu de Dios pueda tener un pozo cristalino y transparente fluyendo a través de ti la identidad de Dios.
Dice Génesis 26:13 que el varón se enriqueció y tuvo ovejas y vacas y mucha labranza y los enemigos tuvieron envidia, y todos los pozos que habían abierto los criados de Abraham su padre, los filisteos los habían cegado y llenado de tierra. La historia dice que la tierra estaba por arriba y debajo de ella, la basura. Los desechos de todo lo que ellos comían estaban allí.
La primer basura que contaminó el pozo, una de las primeras que empiezan a enturbiar las aguas es ENVIDIA. La naturaleza del Espíritu Santo es lo opuesto. 1Co. 13:4 dice que el amor no tiene envidia, no se mete en la carrera loca para no ser menos, el amor hace que uno se contente con lo que Dios le dio, cómo Dios lo formó, con lo que tiene.
Gn. 26:18-20 "Y volvió a abrir Isaac los pozos de agua que habían abierto en los días de Abraham su padre, y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Abraham; y los llamó por los nombres que su padre los había llamado. Pero cuando los siervos de Isaac cavaron en el valle y hallaron allí un pozo de aguas vivas, los pastores de Gerar riñeron con los pastores de Isaac, diciendo: El agua es nuestra. Por eso llamó el nombre del pozo Esek, porque habían altercado con él".
Esek significa pelea, Esek significa lío, dolor y tiene que ser quitado para que el pozo, el corazón vuelva a fluir aguas limpias.
En Isaac, el hijo de Abraham, está representado el Hijo de Dios, que junto al Espíritu Santo está haciendo una obra restauradora. Pero, dirás, no tengo ni pozo ni corazón tapado, permítele al Espíritu de Dios que en el nombre del Hijo envíe sus criados a destapar el pozo que el enemigo cegó y que te haga una fuente, permítele a Dios que meta la mano, que saque la basura y vuelvas a ser restaurado.
Y lo primero de lo cual uno tiene que ser librado es del espíritu de TEMOR, de contienda. Mientras estabas tapado nadie dice nada, nomás que intentas comenzar a buscar a Dios, para que aparezcan síntomas que estaban ocultos, y el Espíritu de Dios nos quiere librar de pelear por cualquier cosa, del espíritu de contienda.
De manera que ellos dijeron, el agua es mía, y ¿qué hicieron los criados de Isaac? No pelearon, no pelearon. Ellos tenían derecho de decir momentito, fue nuestro padre el que abrió el pozo pero ganaron la batalla contra el espíritu de pelea.
Los enemigos estaban tan llenos de bronca y de odio por la promesa de Abraham a su hijo y porque estaban al amparo de Dios que no quisieron reconocer que Dios estaba con Isaac, así es la persona que está envidiosa y pelea por todo, no puede ver a Dios ni siquiera que esté delante de sus narices.
No se puede ganar esa batalla peleando, hay que apartarse y cavar en otro lado. Así que dice la Escritura que no pelearon y abrieron otro pozo y llamaron su nombre Sitna porque terminaron de abrir el pozo y allí estaban otra vez los enemigos peleando, riñendo. Sitna significa ENEMISTAD.
Ahora bien, ¿quieres que se beba de la fuente que fluye para vida eterna que hay en ti? ¿Quieres que el Espíritu de Dios tenga en ti las fuerzas vivas que te haga un referente de aguas frescas? Entonces, la segunda cosa que tenemos que revisar es arreglar todo tipo de enemistad. No es posible llegar al fondo y encontrar aguas vivas, limpias y claras si yo sigo manteniendo enojos, enemistades. Si usted está enemistado con alguien tiene que arreglar rapidito para que las aguas corran. Si usted quiere que el caudal sea mucho más fuerte saque las piedras que impiden el correr normal de las aguas.
No solamente hay que alejarse de todo lo que proporciona el espíritu de temor sino que hay que alejarse y arreglar todo tipo de enemistad aunque esa enemistad tenga treinta años.
Una vez me preguntó alguien, ¿cómo hago yo para pedirle perdón a fulano con quien estoy enemistado y ya se murió? Buena pregunta... Que Dios le de sabiduría y vaya a la familia, vaya a la viuda de ese hombre y dígale, mire yo tendría que haberle pedido perdón a su marido por lo que hice y él ya no está, quiero estar tranquilo delante de Dios, por eso ante algún miembro de la familia le digo que estoy arrepentido, que estuve mal, pido que Dios me perdone, y quiero pedirle perdón a usted en nombre de él.
Isaac dijo: déjenlos, vamos a abrir otro pozo, no peleemos ni tengamos pleitos ni enemistades porque necesitamos las fuerzas para cavar otro pozo, así que se fueron, no le dieron oportunidad al enemigo de hacer su obra, siguieron adelante con el plan. Y dice la Escritura que abrieron otro pozo y cuando abrieron ese otro pozo ya no los molestaron más.
A ese pozo le pusieron por nombre Rehobot que significa LUGARES AMPLIOS Y ESPACIOSOS. Lugar amplio, empieza a vislumbrarse la victoria. Cuando ganamos la batalla contra la pelea, los pleitos y solucionamos el tema de todo tipo de enemistad, probablemente encontraras de nuevo la grandeza y la frescura de Dios, y de pronto el enemigo dice: bueno, no me meto más, y comienzas a tener una libertad en Dios que no habías imaginado, en la fuerza de la oración, en la manera de tratarse con la gente, en la manera de hablar, en la manera de buscar a Dios en la Palabra, en la oración, en la enseñanza, en la manera de conducirte, en la manera de resolver tus problemas, comienzas a tener una libertad que no habría sido posible tenerla si te hubieras quedado en el primer pozo. Porque si uno se queda en el primer pozo rabiando y peleando el pozo sigue tapado con problemas que impiden que mi relación con Dios y todo lo que me rodea sea cristalino y transparente. Escuche bien: aguas para tomar. En la Cordillera de los Andes pude tomar agua de la montaña, tan limpia y cristalina, tan rica y exuberante, valía la pena subir 3.600 metros para probarla. En cambio qué distinta el agua de una pileta estancada, aguas contaminadas que nadie quiere beber. Así el corazón, fluye aguas limpias que todos desean o es agua estancada que todos se alejan.
Dice Génesis 26:24 que el enemigo no lo molestó más y Dios se le aparece y le dice: no tengas miedo, yo estoy contigo, te bendeciré y te multiplicaré por amor a tu padre.
Y a los enemigos dice en el verso 27, ¿por qué vienen a mí si me aborrecieron y me echaron de entre ustedes? Y ellos contestaron: hemos visto que Jehová está contigo, vamos a hacer un pacto. Ahora se dieron cuenta de una vez por todas, y respetaron a Isaac cuando no lo habían hecho nunca. Esta es la esperanza que tiene todo aquel que hace la voluntad de Dios, respetaron a Isaac, se dieron cuenta que Dios estaba con él y le dijeron, no sea cosa que por haber hecho eso nos vaya mal, hagamos pacto, no los molestaremos más.
¿Qué hizo que antes no lo vieran? Nuestra bronca, nuestra envidia y nuestras enemistades nos cerraron los ojos para no ver la realidad. El Señor les dijo a sus propios connacionales: y conoceréis la verdad y la verdad os hará libres. La verdad es el Señor, la verdad es la verdad del Espíritu del Señor morando adentro, ¿saben por qué no hay muchos cambios? Porque no se le permite al Espíritu Santo que él pueda limpiar su pozo.
Pero, dice la Escritura que los muchachos no se detuvieron, cavaron otro pozo y hallaron aguas, aguas vivas y lo llamaron Seba que significa LUGAR DE ABUNDANCIA. Y quiero decirte que cuando esto ha llegado a tu vida y el corazón ha seguido apropiadamente los pasos donde ha dejado atrás todo tipo de envidia, peleas por cualquier cosa, y enemistades, encontrarás lugares espaciosos donde Dios te dará promesas.
¿Quiero preguntarte, has cavado este pozo en tu vida? ¿En qué pozo te encuentras hermano? ¿En qué lugar del valle estás cavando esta noche? Quiera Dios que entiendas lo que estoy diciendo, quiera Dios que te humilles porque depende de ti, de tus decisiones que avances rápidamente o te estanques. No es por ser más fuerte, ni por las enemistades, ni por envidias o peleas, está en tomar distancia y permitir que el Espíritu de Dios nos guíe a seguir haciendo la voluntad de Dios y poner en las manos del Señor todo aquello que no podemos hacer nosotros. Dice la Escritura, que sabiendo José que había sido vendido por sus hermanos, estuvo muchos años fuera de la casa de su padre. Y fue allí donde perdonó a sus hermanos y cuando él perdonó a los que le hicieron daño la amargura y la bronca que tenía adentro salió, porque fue en ese momento que entendió que no fueron sus hermanos sino Dios, que lo permitió. Hasta ese momento él estaba en guardia esperando a sus hermanos pero cuando Dios lo libró de ese odio, de esa enemistad a la que tenía derecho, porque lo metieron en un pozo y lo vendieron, cuando Dios lo libró, perdonó a sus hermanos.
Quiero decirte que no necesitas tener cara a cara a tu hermano sino que hay que perdonar de corazón aunque sea a la distancia.
Dice que la esposa de José quedó embarazada y él conmemoró el momento que Dios le estaba haciendo vivir y le pone de nombre a su primer hijo, Manasés, que significa "Dios me ha hecho olvidar".
Luego de esto, Dios lo bendice con abundancia y su señora vuelve a quedar embarazada y a su segundo hijo le pone de nombre Efraín que significa "abundancia". Solamente llega Efraín cuando ha nacido Manasés. Viene la abundancia cuando Dios ha limpiado nuestra vida y hemos perdonado y estamos libres de envidias, de peleas y contiendas.
Ora a Dios y dale libertad para que pueda revisar y limpiar ese pozo de aguas vivas que hay en tu corazón para que fluyan aguas limpias y todos quieran acercarse a ti para beber de ellas, del Espíritu Santo de Dios. Amén.
Mensaje dado por el pastor Julio O. Donati en la Iglesia Evangélica Bautista de Haedo el 14 de septiembre de 1997